Una sonrisa que arranca las vísceras
Una lagrima sorda cuelga de la cornisa
Cientos de ideas revolotean sin alas
Una mente en blanco suicidada
Un suspiro cansado
Un invierno atarantado
Un pasto seco tirado y pisado
Una sonrisa distinta
Pintada con tinta
Marcada en el árbol de la risa
Con pelo de tiza
Un cuerpo desalmado
Un cuerpo recargado
Un jinete cabalangando hacia el templo desarmado
El grito desesperado
Del vagabundo olvidado
Cuelga de las vigas de un nido seco y pisoteado
“el sueño de los hombres y los pájaros enfermos”
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