Vertido en agua

Espera el momento adecuado para lanzar un grito desesperado
Grítalo como un suspiro, inhalando desgracia y pasión con un poco de desazón
Vierte el alma en aceite de oliva, fríela junto a un poco de caricias y trágalo sin molición

Guía tu respiración hacia la punta de tus pies, extrae cada partícula viva de lo que vez
Siente el suicidio del otro cuando te dice te amo y abraza sus palabras y guárdalas como un pétalo de rosa roja entre las paginas de tu vida mundana y pagana que deambula por aquí y por allá sin mirar atrás…

Maneja el mundo como a un balón de football, créete el dueño, el amo y señor del destino que te han impuesto los sabios del olimpo… odia a todo el mundo y maldice incluso los pensamientos de tu prójimo si es necesario, todo para encontrar el equilibrio planteado como meta por los sabios, esos que un día te vieron nacer y sin querer golpearon a tu madre por creer.

Todo el sacrificio que pusiste para proteger tus ideas son tirados a la basura cuando sin darte cuenta estas caminando hacia donde todos van, y recuerdas que un mendigo te lo advirtió, lo rezo y lo grito, justo en ese momento una lagrima inmunda rasga tu cuerpo como una garra infectada por la desesperación, hiriendo cada centímetro de tu piel cubierta por escamas que descansa al sol…

Justo antes de despertar, te das cuenta que todo puede cambiar, que lo que un día te dijeron tus ancestros no tiene porque ser así, que lo que esta escrito en las tablas del saber puede ser modificado e ignorado, que cada gota de sudor tiene un valor, cada llanto, cada sonrisa, cada moretón tenia una razón, que nada es en vano y que siempre tuviste razón…

La maldad endulzada con miel y manchada con harina esparcida por tu cuerpo, te hará sentir cada rayo de sol como un aire nuevo digno de devoción, que debes seguir adelante y dejar un rasguño o una pisada en este mundo marcado por la desolación.